El Milagro del Gallo y la Gallina:
Cuenta la tradición que un joven alemán que peregrinaba con sus padres hacia Santiago, al hacer noche en una posada de Santo Domingo de la Calzada, se negó a corresponder a los requiebros de la hija del mesonero.
Esta, despechada, escondió una copa de plata en el zurrón del joven que, al día siguiente, fue acusado y ahorcado por el robo. Al regreso de Santiago de Compostela, los padres fueron a despedirse de su hijo, al que encontraron vivo por la intercesión de Santo Domingo que sabia de su inocencia.
Acudieron a contar el prodigio al corregidor que, escéptico, les contesto que su hijo estaba tan vivo como el gallo y la gallina que iba a comerse en ese momento.
Al instante, las aves se levantaron, se llenaron de plumas blancas y el gallo canto.
Desde entonces se dicen los famosos versos:
«Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada»